miércoles, 27 de enero de 2010

PERFUME DE MUJER

Sé que por mi apariencia podría perecer una mujer turbia, mojigata, incluso vulgar pero jamás amante de las personas con mi misma condición o al menos no del modo que la remitente del mensaje pretendía; el peor escenario, gente sudorosa atestiguando y niños del colegio con el boli en la mano.
Ahí estaba yo sentada junto a la ventana del transporte público, como siempre, pensando en el pasado y escuchando tangos de Gardel; entonces, aquella mujercita de tez mulata y apariencia sencilla me entrego un papel color rosado, a la vista agradable no sólo por el perfumado de aquél; sino por lo vistoso del clasificado. lo leí con detenimiento y de reojo vi como ella se cambiaba de lugar; no lo entendí hasta que llegué al final de la hoja.
Entonces y una vez más, saltaron mis clichés de "mujer madura", la juzgué mentalmente cuestionándome como es que una mujer de su edad, pretendiera entregar lo que socialmente es un reaglo que te hace cotizar más alto (o al menos las monjas me hicieron creer aquello) teniéndo como pago una charla y una cuenta implícitamente saldada. Doblé la hoja y en un stand by retrocedí mi vida seis años. recordé todo lo que hacía cuando cumplía su edad y di cuenta que a diferencia de ella yo ya tenía un plan de vida, no necesitaba buscar espacios que llenar porque para mí aquellos ya estaban cubiertos con la gente que en ese momento colgaban con un titulo de honorabilidad.
Después de todo solo eran unos años de diferencia los que había entre ella y yo, y no tenía por que causarme repulsión un acto que a su edad es motivo de burla; pero al mío denigra. abrí la hoja y leí nuevamente el recado: Hola, me gustaría conocerte me llamo Abigail, tengo 15 años y quiero tener novia...
Me levante del asiento, le regresé el papel regalándole una mirada solidaria y bajé del autobús preguntándome por qué me había elegido.